El dresscode tipográfico

Las tipografías, a las que nos hemos acostumbrado a denominar genéricamente como fuentes, son una herramienta básica para la composición de textos, documentos, entradas de blogs, etc. 

Conocemos muchos aspectos sobre las fuentes, pero ¿sabemos utilizarlas con criterio? ¿Por qué debemos utilizar una tipo y no otra en cada ocasión? Aquí entra en juego lo que llamamos dresscode tipográfico.

Me voy a aventurar a establecer una analogía con el mundo de la moda: la tipografía es el vestido de la letra.

Así pues, si abrimos nuestro armario (catálogo tipográfico) podemos encontrar básicamente fuentes de los siguientes estilos: Serif (Times, Cambria, Georgia, Bodoni…), Sans serif (Helvetica, Calibri, DIN, Futura, Myriad…), Script (Bickham Script, Snell Roundhand…), Slab (Courier, Clarendon, Rockwell…).

dresscode tipográfico

Lo sencillo sería establecer la siguiente analogía:

  • serif             formal
  • sans serif   casual
  • script          vestidos de fiesta

Pero el mundo de la tipografía es complejo. No todas las fuentes de una misma categoría son iguales, todas tienen una historia detrás y la expresión de sus formas y contraformas ya nos están comunicando una serie de valores implícitos. Igual pasa con los pesos y variantes: bold, light, italic, condensed… podrían ser los equivalentes a llevar la ropa más ceñida o más holgada. Al final, cada fuente tiene su momento conforme a un dresscode tipográfico que debe establecer el diseñador gráfico, y utilizar la fuente inadecuada en el contexto inadecuado es como acudir en chándal a una boda.

Se puede dar el caso contrario. Imaginemos que estamos redactando un informe y decidimos utilizar una fuente como Bodoni. Podríamos decir que por su diseño Bodoni es como un vestido de noche, elegante y de corte moderno. Funciona bien para esos casos, pero nadie viste así a diario para ir a la oficina. Cada fuente tiene su momento.

dresscode tipográfico

Las fuentes de uso común consiguen que nadie repare en ellas. Su ubicuidad ha terminado despojándolas de su carácter intrínseco. Si a primeros de siglo XX, lo habitual era vestir traje (serif), y las tipos de palo seco estaban casi reservadas a un uso artístico y vanguardista; a partir de los años 50 y hasta ahora el uso de Helvetica se ha hecho tan habitual como el de llevar camiseta. Sin embargo, no dejan de ser buenas fuentes y de seguir comunicando en según qué contextos. Es por ello que funcionan.

Hoy día, tanto en la moda como en la tipografía, la variedad de estilos y tendencias se ha multiplicado de manera exponencial, conviviendo gran cantidad de antiguas y nuevas propuestas.

La clave para un buen dresscode tipográfico

¿Cómo aclararnos en medio de esta profusión de diseños y formas?

Hay que tener una selección de básicos para diario y reservar otras fuentes para las ocasiones especiales. Dicho de otro modo: hay que ser absolutamente normcore, es decir, vestir a diario usando las letras más sobrias (Calibri, Helvetica, Times…) y reservar nuestros trajes más arriesgados (Cooper Black, Didot, Futura, ITC Serif Gothic…) para las ocasiones especiales, como diseño de carteles, flyers, logos, titulares, etc. Pero siempre hay que tener en cuenta que no todo vale, y que cada fuente cuenta una historia que debemos conocer bien antes de usarla.

¡Nos vemos en el próximo post! :)

 

Pablo Sánchez

Pablo Sánchez

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